Guarda griega

Guarda griega

jueves, 2 de enero de 2014

Meleagro y el jabalí de Calidón

Meleagro era hijo de Eneo, rey de Calidón, y de Altea. Siete días después de su nacimiento, las parcas se presentaron a Altea y le advirtieron que Meleagro viviría mientras un carbón que en ese momento ardía en el hogar, no se consumiera totalmente. Al momento Altea lo retiró del fuego, lo apagó con agua, y lo guardó en un cofre. Así Meleagro creció y se convirtió en el mejor lanzador de jabalina de toda Grecia, y en un guerrero invulnerable.

Cierta vez Eneo ofreció los sacrificios anuales a todos los dioses pero se olvidó de Ártemis. Advertida por Helio, el Sol, que todo lo ve, la rencorosa Ártemis les envió un enorme jabalí, que arruinaba las cosechas de Calidón y mataba a su gente. Eneo organizó entonces una cacería para matarlo. El premio que recibiría quien consiguiera matarlo serían su piel y sus colmillos. Asistieron a la cacería muchos héroes. Entre ellos Teseo de Atenas, Castor y Pólux (los Dióscuros) de Esparta, Jasón de Yolco, Néstor de Pilos, Peleo (que fue el  padre de Aquiles) y Euritión de Ftia, Íficles (que era el hermano mellizo de Heracles) de Tebas, Telamón de Salamis, Anceo y Cefeo de Arcadia (Anceo y Cefeo eran hermanos de Altea y tíos de Meleagro), Atalanta de Arcadia.

Atalanta era la única hija de Yaso y Clímene. Yaso esperaba fervientemente un hijo varón, y cuando nació Atalanta, fue tan grande su decepción que la abandonó en una colina. Allí la amamantó una osa enviada por Ártemis y fue criada por un grupo de cazadores. Se mantuvo virgen y siempre llevaba armas.

Los cazadores fueron hospedados durante nueve días en el palacio de Eneo. Los tíos de Meleagro se opusieron a que una mujer participara en la cacería, pero Meleagro, que aunque estaba casado con Cleopatra Alcione, se había enamorado de ella, declaró que si impedían participar a Atalanta de la cacería, él no participaría tampoco, y tuvieron que ceder.

Al décimo día comenzó la cacería. Los cazadores  iban armados con arco y flechas, jabalinas, hachas, venablos. La cacería se inició sin la debida disciplina. Un grupo de cazadores avanzó hacia un bosque donde se hallaba la guarida del jabalí. Dos centauros llamados Hileo y Reco al ver a Atalanta, trataron de violarla, pero ella los derribó atacándolos con sus flechas.

El jabalí apareció en un arroyo bordeado de sauces y mató a dos cazadores. Néstor debió subirse a un árbol y Jasón erró su lanzamiento de jabalina. Íficles lo rozó con su arma. Peleo y Telamón se adelantaron al jabalí, pero Telamón tropezó, y cuando Peleo lo ayudaba a levantarse, el animal los embistió. Atalanta los salvó al clavar una flecha detrás de una oreja del jabalí, lo que lo hizo huir. Anceo delcaró con desprecio entonces que esa no era la forma en que un cazador debe atacar su presa y lanzó su hacha, pero falló y el jabalí lo mató. Peleo tratando de atacar al jabalí accidentalmente mató a Euritión. Finalmente Meleagro atravesó el costado derecho del jabalí con una jabalina, y mientras la bestia trataba de sacársela, muy dolorida, le clavó un venablo que le atravesó el corazón.

Meleagro desolló al jabalí rápidamente y le ofreció la piel a Atalanta, por haber sido ella quien primero lo había herido. Los tíos de Meleagro protestaron. Dijeron que el premio le correspondía a Meleagro, pero si él no lo aceptaba, debía ir a parar a la persona más honorable, o sea ellos. También dijeron que quien primero había herido al jabalí había sido Íficles. La discusión llevó a la pelea y Meleagro mató a dos de sus tíos. Al saberlo Altea, maldijo a su hijo por lo que había hecho. Los restantes tíos de Meleagro se retiraron de Calidón y le declararon la guerra. Y atacaron la ciudad con sus tropas, matando a muchos.

La maldición de Altea, madre de Meleagro, impedía a este ponerse al frente de la defensa de Calidón. No cedió a los ruegos de su padre y madre. Sólo se dejó convencer por la súplica de su esposa, Cleopatra Alcione. Armado y en combate Meleagro mató a sus dos tíos restantes. Las Erinias, personificaciones del castigo a ciertos crímenes, entre ellos crímenes familiares como el matricidio, enseguida ordenaron a Altea que quemase el carbón que había guardado en el cofre poco después del nacimiento de Meleagro, quien en ese momento sintió  arder sus entrañas y fue fácil víctima de sus enemigos. Altea y Cleopatra Alcione se ahorcaron.

Fuentes:
Robert Graves, Los mitos griegos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario